En la segunda mitad de 1950 se aumentan las medidas para perseguir a los disidentes, es decir a aquellos que no pensaran de acuerdo al régimen. La KGB encarcelaba a aquellos que leían o intercambiaban textos escritos en occidente, a los que se mostraban afectos a occidente, denunciaban la falta de respeto a los derechos humanos o exigían la democracia.

La principal manera de de expresión de los disidentes era el llamado samidzdat es decir textos escritos con sus propias máquinas de escribir.

El principal modo de disensión del régimen en el caso de los estonianos venía manifestado por la idea de la recuperación de la independencia de Estonia exigiendo el final de la ocupación. El régimen soviético se manifestó siempre muy intolerante ante otros modos de pensar. Muchos disidentes fueron condenados culpables.

Según la definición marxista, el derecho es la voluntad de la clase dominante. Sin embargo, el derecho soviético es un derecho nuevo, cualitativamente superior, porque expresa la voluntad de las masas ampliamente explotadas en el pasado y cuyo predecesor es el Partido Comunista. Así, la ley soviética hizo legal la injusticia y la hostilidad. El sistema soviético, como instrumento de un Estado totalitario, sólo servía a los intereses del partido gobernante, el Partido Comunista Soviético. La ley soviética también carecía del principio comunmente aceptado: todos son iguales ante la ley.

Los disidentes, los contarios políticamente o aquellos que se relacionaban con extranjeros (por ejemplo aquellos que tenían familiares en el extranjero) eran estrechamente vigilados. Las estructuras de la KGB se encargaban de realizar esta operación.

El control sobre la correspondencia se empezó a realizar ya desde el comienzo de la implantación del sistema soviético. Así mismo se realizaban escuchas telefónicas.

En los estados de derecho democráticos se dan actualmente también métodos de seguimiento policial secreto, pero han de estar regulados mediante un acto jurídico. En la URSS esto se realizaba en contra de los derechos humanos ya que se trataba de actos indiscriminados, incontrolables, sin reglas específicas y con propósitos políticos.

En el sistema soviético se acuñó el término ”las personas anteriores” (бывшие люди) con el que se designaban a los anteriores funcionarios, empresarios y poseedores de tierras, militares y policías. Todos ellos eran personas sometidas a represión. Pero no era esto suficiente pues se hacía pagar a los hijos por los pecados de sus padres. La procedencia de los padres, su status y otras circusntancias de este tipo eran tenidas en cuenta a la hora de obtener a un empleo, acceder a la universidad, obtener un apartamento o entrar en la lista de candidatos para obtener un permiso para la compra de un coche. Funcionaba lo que se denominaba la ”mecánica social” es decir preferencia de la clase proletaria. Se recababan todos los datos personales con esta finalidad y se conservaban fichas con estos datos donde figuraba el origen social, pertenencia al partido comunista soviético o a las juventudes comunistas (komsomol).

En la Unión Soviética existía además del pasaporte para viajar al extranjero, otro pasaporte interno para poder moverse dentro de la unión soviética. En 1947 fueron expulsados de Estonia y enviados a Siberia un grupo de finlandeses alegando irregularidades en el pasaporte y también otro grupo de finlandeses de la región de Ingria fueron trasladados a las zonas de detrás del lago Peipus haciéndoles la consiguiente señalización en sus pasaportes. Los que habían sido deportados a Siberia o los presos políticos cuando eran liberados tenían prohibido vivir por ejemplo en las grandes ciudades y en algunos casos se les negó por completo el permiso para regresar a terrorio de la República Socialista de Estonia. Los administradores de las casas tenían obligación de registrar a todos los visitantes y personas que permanecieran en la casa más de tres días. La cumplimentación de los salvoconductos era tarea de las milicias.